Te llevo conmigo...

Despertando la mañana,
se divisan haz de luz por la ventana,
empieza un nuevo día
y te llevo conmigo...

Desayunando con sabores a Jaén,
con olor a pan recién tostado,
cargo el cuerpo de calor
y te llevo conmigo...

Andando hacia quién sabe
que nuevos lugares,
comienzan nuevas aventuras
y te llevo conmigo...

Regresando donde siempre
al principio nuevamente,
me abandono a la rutina
y te llevo conmigo...

Durmiendo entre sueños
que no llegan,
la vigilia se hace parte de mí
y te llevo... estás conmigo...

Te llevo conmigo en mis ojos,
con el recuerdo de tu imagen.
Te llevo conmigo en mis oídos,
con el delirio de tu voz.
Te llevo conmigo en mi piel,
con las caricias de tus manos.
Te llevo conmigo en mi boca,
con el sabor de tus besos.
Te llevo conmigo acá, allá
Te llevo conmigo aquí...

(28/10/08)

María la del patio...

A María la del patio
le encanta soñar,
vende margaritas
para bailar y cantar,
que sí, que sí
las del campo
esas que son amarillas,
con su arte y desparpajo
saca unas buenas pelillas,
para pagar su maestro,
hacerse buena cantante
y bailar con mucho esmero.

Mientras viene y va
de clase en clase,
trae al patio de cabeza,
lo que deben soportar
gorgoritos comunales
¿que oídos no temerán?.

Corren los meses volando,
María quiere hacer... ¡ un recital!
muchos lo están temiendo,
el patio se quiere marchar,
vacaciones a deshoras,
todos se quieren tomar.

Llega el día del estreno,
el patio está a rebozar
y para sorpresa de todos,
María presente no está...

Se fue a cantar al monte,
se fue a bailar entre flores,
sintió que no era querida,
no quiso más molestar...

Pasaron algunos años,
al patio un señor llegó
Y al panadero de allí,
buenas noticias le dió:
¿vivió aquí María
conocida la del patio?.
Sí, señor, sí que vivió
pero un día en la tarde
el viento se la llevó,
¿cómo que el viento?
¡No señor!
María se fue a los madriles,
para ser mejor cantante
y a todos allí deslumbró.
¡Ohhh!
Desde ese buen momento,
que este señor habló,
no se escucha otra en el patio
que la historia de María la del patio:

¡María que buena es María,
con su voz tan elegante,
con su movimiento bello,
ya declama con esmero,
la imitan hasta los jilgueros!

El patio orgulloso está
de haber tenido una artista
que se les fue sin querer
por paciencia no tener...

¡María que buena es María,
con su voz tan elegante,
con su movimiento bello,
ya declama con esmero,
la imitan hasta los jilgueros!

(26/10/08)


(Inspirado en Mejorana, gracias guapetona...
Moraleja: “Nadie es profeta en su tierra”)