Duele el silencio de tus versos
y hasta las tildes
sobre las í duelen.
Duele que te nombre
entre mis sueños
y hasta oír decir
tu nombre, duele.
Duele que te hable y
no digas nada
y hasta el silencio
infernal, duele.
Duele que te llame y
no me escuches
y aunque me escuches
no vengas, duele.
Duele el vacío de
tu cuerpo en esta cama
y hasta el espacio a
mi vera, duele.
Duele el recuerdo de
tus besos
y hasta el olor de
tu perfume, duele.
Duele tu ausencia en esta habitación
y hasta tu ropa colgada en la percha, duele.
Duele saber que ya no estás con nosotros
y hasta tu mirada prendida en la pared, duele.
(23-marzo-09).